El
castillo de Bellver es sin duda una de las construcciones más
originales y emblemáticas construida a lo largo de la historia de
Palma de Mallorca.
Aunque
se han intentado buscar precedentes de castillos circulares en los
que podría haberse inspirado su construcción, todo indica que la
obra mallorquina es una obra innovadora y genuina. Su nombre proviene
del catalán antiguo “bell ver”, que significa buena vista.
Fue
construido entre 1.300 y 1.311 por orden directa del rey Jaime II de
Mallorca, está situado a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad
de Palma, sobre una colina de 112 metros de altura sobre el nivel del
mar, en una zona rodeada de bosque desde donde se puede contemplar la
ciudad.
El
bosque que lo rodea, tiene una superficie de 126 hectáreas y es el
espacio público más grande del límite municipal de la ciudad de
Palma. Funciona como pulmón de la ciudad, un lugar ideal para
disfrutar y aprender de la naturaleza, cuenta con una zona recreativa
donde podemos pasar un agradable momento al aire libre.
Bellver
es único entre los castillos españoles al ser totalmente redondo,
de planta perfectamente circular, donde el patio central es el eje de
toda la edificación, con cuatros torres a su alrededor, orientadas
hacia los cuatro puntos cardinales (norte-sur-este-oeste),
estratégicamente construidas por parte de la casa Real Mallorquina ,
así desde la cima de la montaña se tenía una inmejorable vista
desde donde se podía controlar cualquier amenaza que podían llegar
por mar o por tierra. Entre las cuatro torres se destaca la Torre
Mayor aislada del resto de la fortaleza y perfectamente protegida,
era el último reducto de resistencia si el castillo era atacado.
Construido
con Marés, un tipo de piedra arenisca fácil de trabajar, que se
encuentra frecuentemente en toda la geografía Balear. Parte de la
piedra utilizada para su construcción se extrajo de las cuevas que
se encuentran debajo del castillo y del bosque que le rodea,
así como de otras canteras.
El
castillo desempeñó al principio las funciones residenciales para
las cuales fue construido, en tiempo del rey Jaime II, con acabados
elegantes y refinados, también fue utilizado como residencia
ocasional de algunos virreyes. Pero a partir del siglo XIV se hizo
servir como prisión, siendo sus primeros prisioneros la reina
Violante de Vilaragut, viuda de Jaime III de Mallorca y sus
hijastros; los principes Jaime IV de Mallorca e Isabel de Mallorca.
La viuda y los hijos de Jaime III fueron encarcelados en el castillo
de Bellver por Pedro IV de Aragón, tras la batalla de Lluchmayor de
1.349, en la que murió Jaime III.
A
partir de la guerra de Sucesión (1.700-1.715) el castillo se
convirtió en la principal prisión política y militar de la isla,
un lugar especialmente útil para silenciar e incomunicar a
personajes de gran influencia política y social. Importantes
personalidades como el intelectual ilustrado Gaspar Melchor de
Jovellanos, el astrónomo y político François de Aragó o el
general de liberal Luis Lacy fueron enviados a Bellver. Ya en tiempos
de la guerra Civil Española (1.936-1.939) el castillo vivió los
momentos más tristes y amargos de su historia, con el
encarcelamiento de más de 800 presos políticos republicanos
defensores del gobierno legítimo surgido democráticamente de las
urnas, quienes fueron obligados a construir la actual carretera de
acceso al castillo.
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